Espai d'Arts - Roca Umbert, Setembre-Octubre 2010 ©Alex Santafé i Albert Forns

dimecres, 9 de juny del 2010

apunts I





Hacía 
 tiempo 
 que 
 había 
 dejado 
 el 
 pincel. 
 Era
 demasiado 
 psicológico. 
 Pintaba 
 con 
 rodillo, 
más
 anónimo, 
 intentando 
 crear 
 una 
 distancia 
 –al 
 menos
 una
 distancia 
intelectual,
 sin
 variación‐
 
entre
 el
 lienzo
 y 
 el 
 yo 
 durante 
 la 
 ejecución. 
 Ahora, 
 como 
 en 
 un
 milagro, 
 el 
 pincel 
 regresaba 
 pero 
 esta 
 vez 
 con 
 vida
 propia. 
 Bajo 
 mi 
 dirección, 
 la 
 carne 
 misma 
 aplicaba 
 el
 color 
 a 
 la 
 superficie 
 con 
 precisción 
 perfecta. 
 Podía
 permanecer
 a 
una
distancia
 exacta
 X
 de 
mi 
lienzo
 y
 así
 dominar 
 mi 
 creación
 de 
 forma
 continua
 a
 lo
 largo
 de
 toda 
 la 
 ejecución 
 (…). 
 De 
 esta 
 manera 
 permanecía
 limpio.
 No
 me
 ensuciaba
 con
 el
 color,
 ni
 tan 
siquiera
 la
 punta 
 de 
 los 
 dedos. 
 La 
 obra 
 se 
 acababa 
 a 
 sí 
 misma
 enfrente 
 de 
 mí, 
 bajo 
 mi 
 dirección, 
 en 
 total
 colaboración 
 con 
 el 
 modelo. 
 Y 
 yo 
 podía 
 saludar 
 su
 nacimiento 
 vestido 
 con 
 esmoquin 
 (…). 
 Mediante 
 esta
 demostración, 
 o 
 más 
 bien 
 técnica, 
 quería 
 rasgar 
 el
 velo
 del 
 templo
 del 
 estudio
 y
 no
 esconder 
 nada
 de
 mi
 proceso”.




Yves Klein



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